Escrito por: Diana Santos Cubides, 2018.
A partir de mediados de los años ochenta dos amenazas se suman a la constante discriminación social y persecución del Estado contra la población LGBT en Colombia: el VIH-SIDA y la violencia ejercida por unas serie de grupos denominados “Escuadrones de la muerte”.
El SIDA acabó con la vida de miles de personas solo en los Estados Unidos. De aproximadamente 19.845 enfermos registrados en las diferentes clínicas a causa de este «mal incurable», el 75% de ellos eran población LGBT. Esta marcada tendencia hizo que se recrudecieran las condiciones de desigualdad pre-existentes, ya que muchas personas de la comunidad perdieron sus empleos o jamás pudieron conseguir uno a causa del estigma de un posible contagio.
Colombia ya figuraba como una de las naciones afectadas por el virus. Entre 1984 y 1991 ya habían 71.000 casos de personas diagnosticadas en el país. El tema empezó a invadir los medios de comunicación, que usando información errónea y titulares prejuiciosos, hicieron su parte en el fortalecimiento del estigma contra la población LGBT. Algunos, por ejemplo, sugerían que se trataba de un castigo de Dios por los “pecados” cometidos por dicha población, aún cuando un porcentaje importante de diagnosticados eran niños menores de 11 años. La desinformación y el prejuicio ya sembrado en la sociedad colombiana se tradujo en agresiones y homicidios a población LGBT en distintos puntos del país.
Lastimosamente, las instituciones oficiales no llevaron un registro de las personas LGBT asesinadas durante la época, especialmente porque dichos homicidios ni siquiera eran investigados, al catalogarlos a la ligera como crímenes pasionales o ajustes de cuentas, como ocurre en el caso de los feminicidios. Es importante recordar que la década de los ochenta se caracterizó por una marcada violencia derivada de conflictos sociales y políticos, inlcuyendo el narcotráfico. Durante la coyuntura surgen o se fortalecen grupos al margen de la ley llamados “Escuadrones de la muerte” dedicados a asesinar a cualquiera que estuviera en oposición al proyecto político y social de la ultra-derecha colombiana. Es así como estos grupos empiezan a asesinar estudiantes, sindicalistas y otros líderes sociales, así como a delincuentes (su competencia), prostitutas y personas LGBT, bajo el argumento del daño a la moral. En 1981, en la ciudad de Pereira son asesinadas varias mujeres transgénero, algunas artistas del transformismo, después de haber sido marcadas con una tinta roja.
En 1984 tres mujeres transgénero en ejercicio de la prostitución en la calle 22 son asesinadas en un periodo de dos días. Andrea, mujer trans prostituida desde los 12 años, aprovecha para expresar que la mitad del tiempo temían por sus vidas y la otra mitad debían reconocer los cuerpos desmembrados de sus compañeras. “Nos van a matar a todas” decía, al denunciar que ocurría muy seguido que hombres haciéndose pasar por agentes de la F-2 (oficiales de la Sijín que actúan de civil) las hacían subir a los carros, las golpeaban, desnudaban y abandonaban en la calle. Las autoridades hicieron caso omiso a la denuncia.
Entre 1985 y 1986 se disparan los homicidios a población LGBT en Cali, pero las autoridades y medios de comunicación lo vinculan a líos sentimentales o a la dependencia a sustancias psicoactivas, a pesar de que el consumo no era exclusivo de estas personas.En septiembre de 1987, la “mano negra” asesina a cuatro travestis a bala en la ciudad de Manizales. Las autoridades no tardaron en afirmar, sin evidencia, que se trataba de casos aislados, que nada tenían que ver con Grupos Anti Sida o al margen de la ley.
Esta misma situación se repitió en distintas zonas del país, dejando un saldo de muertes desconocido hasta el momento.
“Desde antes del 24 de diciembre, cuando le pintaron el brazo con una tinta roja indeleble y le dijeron tres o cuatro porquerías en su propio idioma, el travesti Sandra tuvo la impresión de que sus horas estaban contadas.
Por esos días, a muchos individuos pintados así les desbarataban el cráneo a balazos, ya le había pasado a una amiga suya, “Fernanda”.
La tinta empleada para señalar a reales o presuntos delincuentes, y reconocerlos en lo sucesivo, tenía un irremediable poder maculatorio. Sandra no había delinquido jamás (…) salvo suheterodoxia sexual, se sentía libre de culpas.
Sandra era una mujer transgénero y artista del transformismo coronada en 1987 como la más bella de Pereira en el bar clándestino “Tijuana”, donde también realizaba shows de burlesque.
Después de ser marcada por el “Escuadron de la muerte”, Sandra optó por los vestidos y blusas de manga larga para que quienes querían asesinarla no pudieran identificarla, ella no quería morir así. Después optó por encerrarse en su habitación con doble llave, hasta que la soledad la obligó a salir de nuevo.
“Estaba, la noche de su muerte, más suntuosa que nunca. Algunos dijeron que tenía algo suave y húmedo en la mirada, una ternura intolerable; una salpicadura de luz exánime. “Sandra” vio a los dos hombres que le hicieron gestos lascivos, y tuvo la corazonada de que laiban a matar. Giró su cuerpo y echó a correr sobre sus tacones, buscando a tiendas en la calle desierta y en penumbra un punto de salvación. No lo encontró. Los dos hombres sonrieron con desgano y dispararon al unísono. El primer impacto se volvió un estallido de púrpura en el sitio donde antes estuvo su oreja derecha. El segundo le produjo en el pecho una sofocante perplejidad, como si se hubiera arrojado por una ventana hacia un universo fabuloso y remoto. Entonces se detuvo y trató de agarrarse de las ramas de un árbol ilusorio. Otro disparo más, y “Sandra” se sintió aturdida por una conmoción de campanas distantes, y percibió por el aire de su agonia un ópalo de fuego disolviéndose en rojos penetrantes. Finalmente se desmoronó en una inconsciencia poderosa y oscura.”
Miguel de los Rios (1980) El “Escuadron de la muerte” Tres balazos acabaron con la vida de “Sandra”, Reina de Belleza de Pereira
Fuentes
Miguel de los Rios (1980) El “Escuadron de la muerte” Tres balazos acabaron con la vida de “Sandra”, Reina de Belleza de Pereira.
Henry Molano (1984) En Bogotá están matando a los homosexuales, ya cayeron “Perla”, “Sofía” y “Raquel”. Revista Vea No. 664.
Leopoldo Jaimes (1985) Misterioso escuadron en las calles de Cali quiere acabar con todos los “mariposos” de la ciudad.
Gustavo Veloza (1986) En Cali se están matando homosexuales.
Revista Vea, Jul-Dic. GVP (1987) Surge grupo para matar homosexuales. Revista Vea. Jul-Dic
