Escrito por: Diana Santos Cubides, 2018-
Se estima que en los años setenta existían por lo menos 15 establecimientos de “ambiente” (eufemismo utilizado en la época para referirse a homosexual), de los cuales al menos cinco ofrecían espectáculos de transformismo, específicamente concursos de belleza, shows burlesque y noches de divas.
Entre ellos estaban Barbarella y Petunia,conocidos por los espectáculos del bailarín Óscar Ochoa. Para las noches de divas y algunos reinados estaban: Piscis, la Pantera Roja y La Tasca Santa María. Este último, inaugurado por su propietario Luis Eduardo Uribe, se presume, aunque sin evidencia que lo respalde, que existía desde finales de los años cincuenta.
Estos clubes nocturnos a pesar de haber sido reprochados por la sociedad y perseguidos por la ley, permitieron a algunos jóvenes homosexuales y mujeres transgénero reconciliarse con la diferencia sexual, en una sociedad en la que la familia, aparentemente el lugar por excelencia para desarrollar la identidad y construir un sentido de pertenencia, no lo permitía (Robles, 2015).
Entre las artistas más recordadas de finales de década se encuentran: La Gran Sissy, Thalía (Mario Rojas), Nina, Diana Mascarolo, Pacho Herrera, Pacho Góngora y Lisa Miselli (Félix Rodríguez, propietario de La Pantera Roja). Algunas bailaban, otras cantaban o hacían fonomímica de canciones de música popular, rancheras, baladas americanas y hasta clásicos de Edith Piaf. Otras preferían la comedia, fuera musical o discursiva, y otras simplemente maravillaban al público con su impecable representación femenina.
Fuentes
Camila Esguerra (2002) “Del pecatum mutum al orgullo de ser lesbiana. Grupo Triángulo Negro de Bogotá (1996-1999). Tesis para optar por el grado de antropóloga. Universidad Nacional De Colombia. Mención Meritoria
Ángela Robles (2015) Ensayo para una cartografía maricona de Bogotá: El Centro. Maguaré. Vol. 29, n.° 2 (Jul-Dic).